10% DE DESCUENTO ABONANDO EN EFECTIVO/TRANSFERENCIA
En el principio, los custodios y usuarios de las yerba mate fueron los guaraníes. Ellos utilizaban sus hojas como bebida, objeto de culto y moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos. Caá en guaraní significa yerba, planta y selva. Para este pueblo, el árbol de la yerba mate era, más que nada, un regalo de los dioses.
Pero quienes se encargaron de difundir su consumo y sus virtudes por todo el entonces Virreinato del Río de la Plata fueron los conquistadores. Años más tarde, los Jesuitas introdujeron el cultivo en las reducciones o misiones jesuíticas guaraníes. Gracias a ellos, la yerba mate se popularizó.
"Un antiguo grupo de los guaraníes llamados avá lo usaba como un ritual. Donde se moría un familiar se plantaba yerba mate. Consumir luego las hojas de la planta era una forma de sentir que ese pariente perdido había entrado en uno y seguía conviviendo", sostiene el historiador Sergio Wischñevsky.
Al principio, la forma de consumirlo era masticando las hojas y en infusiones frías, explica Wischñevsky, y agrega que, cuando llegaron los españoles quedaron impactados por esta costumbre y su efecto estimulante en los indios. "Se dieron cuenta de que los guaraníes trabajaban mejor cuando consumían mate, esto está documentado", observa.
El nombre "mate" llegó mucho tiempo después, cuando la infusión comenzó a servirse en cuencos que se formaban ahuecando la calabaza. La palabra proviene del quichua "mati", que significa calabaza.
De ahí, nuestro nombre. Porque todo comenzó en calabaza!
MATE CALA